No será fácil sustituir el trabajo de los controladores aéreos que en un número de 30 pusieron en marcha la efectividad del conflicto, negándose a trabajar cuatro horas al día repartidas dos a la mañana y dos a la tarde. Desconocer la esencialidad es una falta gravísima que llevará directamente al despido. Sin embargo buscan agotar las instancias.
Uruguay no tiene suficientes controladores aéreos para utilizarlos como plan B, en el caso de que el conflicto llegue al extremo de desconocer la esencialidad.
Es por ello que el diferendo entró en un camino sin salida.
La medida de paro deberá comenzar a aplicarse en las próximas horas, mientras el sindicato de los controladores estaba reunido con un grupo de abogados analizando las probables consecuencias que demandará el no acatamiento de la esencialidad.
El gobierno -según dijo el Ministro Javier García- llegó a ese extremo al considerar que Uruguay no puede de ninguna manera aceptar la suspensión de salidas o llegadas de aviones a los aeropuertos, ya que ello conspiraría contra el prestigio del país.
García dijo que ni el país, ni los viajeros, pueden quedar rehenes de la decisión de un grupo de treinta personas y aseguró que el gobierno está dispuesto a llevar adelante la decisión hasta las últimas consecuencias